Respuesta automática ante la noticia de tú diagnóstico de Cáncer.


Escucho a diario a consultantes que dicen: “no me quiero sentir así”, “si me pongo mal la estoy alimentando a la enfermedad”; “estuve con ansiedad y angustia y no quiero sentir eso” …

La verdad es que comprendo lo mal que lo pasan a no poder cambiar su estado anímico en esos momentos, por ello, suelo traerle esta explicación, para que comprendan porqué es normal sentir eso, y que lo mismo es la respuesta más adaptativa ante una situación desadaptativa.

El impacto de recibir el diagnóstico, genera una activación de respuesta INVOLUNTARIA, ADAPTATIVA Y ESPERADA, generada por la activación de 3 glándulas ubicadas en el centro de nuestro cerebro, conocidas como el eje Tálamo, Hipotálamo e Hipófisis (THH).

Este eje, entre otras funciones adaptativas y de supervivencia, se vincula con la respuesta al estrés y al miedo, buscando una respuesta rápida adaptativa ante el impacto de la noticia. Como para que te des una idea, este eje, también se activa ante una situación de robo, haciendo que la persona que está siendo atacada genere una respuesta automática de Lucha, Huida o Paralización, misma respuesta activada por milésima de segundos cuando recibes la noticia.

Según cuál tipo de respuesta adaptativa, automática, se dispare, va ser tu respuesta en los primeros momentos, por eso se suele escuchar a personas decir: “me dijo que tenía cáncer, y mi mundo se desmoronó, no pude comprender más nada de lo que me dijo”, “parecía que flotaba o estaba mirando una película de terror”, o del tipo “lo primero que hice fue preguntar por lo que se debía hacer y no paré ni descansé hasta que terminé el tratamiento, no lo dudé dije esto tengo que solucionarlo”, o por el contrario “no puedo creerlo, esto no es verdad, voy a escuchar otras alternativas, otros puntos de vista”, “me siento enojado/a, irritable, todo me altera”, entre otras. Te aseguro que todas estas respuestas son adaptativas y necesarias para afrontar el primer impacto recibido, porque no es algo que esté bajo tú control.

Una vez que se pasa el shock primario, las personas pueden llegar a sentir dolores físicos, sobre todo en pecho, espalda, estómago, hasta descomponerse, esto también es normal y adaptativo, ya que al dar una respuesta adaptativa al estrés, el eje THH segrega hormonas acordes al tipo de respuesta generando, que al pasar los días e ir relajando el cuerpo, estando más en la realidad, comienzas a registrar el impacto a nivel físico de la misma, dando estas respuestas como llamado del cuerpo a liberar esa tensión interna que experimenta. Es decir, duele, porque necesita que drenes esa respuesta química natural que quedó circulando dentro de tú cuerpo, ya que toda la respuesta es a nivel mental y el cuerpo no libera con acciones concretas.

Por lo tanto, te aseguro que lo que estás sintiendo es completamente normal, cada persona reacciona de manera diferente ante el cáncer, y no sólo ante el primer impacto, sino, incluso las respuestas subsiguientes, pautado por múltiples factores como ser, el momento vital, nuestros aprendizajes, experiencias pasadas, nuestro estilo de personalidad, etc., y ello determina las emociones y sentimientos que experimentamos después de dar la respuesta automática ante la noticia.

Otro factor común de sentir es que nos “volvemos locos/as”, debido a todas las emociones, sensaciones y pensamientos antagónicos que experimentamos en razones de diferencias de minutos incluso en algunos momentos. Por ello quiero por último, dejarte en claro la diferencia entre emoción, sentimientos y estados de ánimo.

Emoción: son reacciones que nos permiten adaptarnos a lo que nos rodea. No podemos evitar sentirlas. Son instintivas y están siempre presente en nuestra vida. Estas van cambiando a lo largo del proceso de la enfermedad, suelen cambiar su intensidad. No son buenas ni malas, son adaptativas y tienen un tiempo de duración corto en el cuerpo.

Sentimientos: derivan de las emociones. Son sensaciones aprendidas que nos ayudan a tomar decisiones e influyen en nuestros estados de ánimo. Un ejemplo sería el miedo que experimentas ante la posibilidad de recaída, lo cuál te invita a que hagas acciones para mejorar tú calidad de vida diaria, disminuyendo lo mismo.

Estado de ánimo: son estados anímicos que se mantienen de manera más duraderas en el tiempo que las emociones y sentimientos, pero tienen menor intensidad. Por ejemplo, sentir un estado de ánimo bajo por el cansancio acumulado después de recibir todos los tratamientos.

¿Cuál es la respuesta más certera ante estos 3 influyentes anímicos?

Lo ideal es poder integrar y reconocer esto que sientes, darle un lugar dentro de tú cuerpo, hacer foco en esa zona física donde lo sientes, reconocer sus cualidades ¿Cómo es sentir esto?, y realizarle preguntas abiertas para conocer en profundidad la información biológica-adaptativa que tiene en tú sentir es “algo que está allí”, lo ideal es que esto se realice desde la mirada del Fócusing, una técnica terapéutica y filosofía de vida, que te alienta a vivir en comunidad con tu cuerpo-mente y espíritu, saliendo de la lógica mental compuesta por los “debería”, llevándote a vivir más en armonía y sincronicidad con quien realmente eres y debes manifestar.

 

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