Mi derecho a elegir.

Un punto de conflicto, dificultades, hasta de controversia, está generado con el derecho que tenemos todas las personas a elegir nuestra vida, con responsabilidad y consciencia de que toda acción (por acción u omisión), genera consecuencias.

Y ustedes se preguntarán, ¿qué tiene que ver esto con mi proceso de cáncer?, y la respuesta es obvia: "Pues todo".

Cuando las personas suelen comenzar un proceso de salud, pueden sentirse confundidos, abrumados, asustados, pone su vida en manos de los profesionales o de seres queridos para que los ayuden a resolver en esos instantes de confusión, pero en muchos casos, poco se toma en cuenta lo que el "paciente" (vaya connotación de título entregado) desea o necesita.

Esto ocurre porque todas las personas, a la hora de ayudar, solemos mirar la situación desde nuestro ángulo particular, desde nuestra propia perspectiva y mirada de la vida, de lo correcto y de lo necesario, considerando que si a mí me hace bien, o en esa situación me gustaría que (consciente o inconscientemente), termino dando y generando en el otro una ayuda desde mí necesidad que en algunos casos coinciden, pero en otros no, con la voluntad del "paciente".

Para poder evitar este conflicto, puede ser útil y necesario la escucha activa de la otra persona, de qué es lo que quiere y necesita, como acompañantes trabajar en la aceptación del otro como un ser diferente a mi yo, con voluntades y deseos propios, que deben ser priorizados, inclusos cuando no esté de acuerdo con ellos y considere que lo mejor sería otra opción.

Quien transita el proceso, conoce y sabe mejor que nadie que necesita, cuanto y cómo, pero muchas veces por satisfacer a su entorno, deja de lado su sabiduría interna y la pone en disposición de los demás, haciendo así, un proceso más complicado para sí.

Para evitar estos "conflictos" es muy importante de ambos lados, mantener diálogos, con escuchas atentas y comprensión de lo que la otra persona desde su mirada, ante lo que necesita y considera necesario. Poder llegar a acuerdos y resolver las acciones teniendo en cuenta el proceso que queremos llevar todos adelante.

Quien cuida, debe saber que no es su obligación "salvar" a nadie, y es su decisión acompañar. Debe hacer partícipe a su ser querido de lo que desee saber, hasta que información y qué acciones les gustaría, incluso cuando las noticias no sean alentadoras. Si cuando se inicia el proceso, nuestro ser querido decide estar enterado de todo, no debes cargar secretos, incluso cuando los resultados no son favorables, porque por cuidar a tu ser querido, le prohíbes la posibilidad de elegir cómo hacerlo, hasta incluso de movilizar su química de sanación. No te olvides que él/ella, siente lo que pasa en su cuerpo, no puedes ocultar lo real.

Quien tiene que transitar el proceso, puede hacer uso de las “directivas anticipadas” y de sus derechos como paciente y dejar por escrito, o dicho a personas de su confianza, todo lo que desea que se realice con él/ella, incluso si en algún momento pierde consciencia. Esta voluntad, es un derecho que poseemos todas las personas (con o sin enfermedad), de decidir ante nuestra vida hasta el último instante en ella y después que queremos que se haga con nuestro cuerpo al partir, incluso no es necesario estar enfermo para desarrollarla.

Generar estas directivas, suelen traer tranquilidad a las personas que acompañan, porque les facilita el tener que tomar decisiones o si son muchos, los conflictos para ponerse de acuerdo.

En muchos países es ley, asociado con los cuidados Paliativos, pero se pueden desarrollar en cualquier momento de la vida.

El Paciente tiene derecho a elegir qué información saber y qué no ante su situación de salud, que tratamiento acceder y de qué manera, por lo tanto, debe recibir información clara de los objetivos, pro y contra de cada intervención propuesta, poder ver alternativas no convencionales para su proceso, decidir si ser internado, si recibir asistencia domiciliaria, en un hospice, etc.

Entonces, habla con tu ser querido, no es tú responsabilidad como acompañante decidir por él, salvo que él lo exprese; y tú como "paciente", se activo y comunica lo que verdaderamente deseas para que esto sea un proceso amoroso para ti y los tuyos.

María.

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