CAMBIA TU QUÍMICA MENTAL PARA SANAR TUS CÉLULAS

Una mirada desde la epigenética y la psiconeuroendocrinoinmunología.

 “CAMBIA TU QUÍMICA MENTAL PARA SANAR TUS CÉLULAS

Una mirada desde la epigenética y la psiconeuroendocrinoinmunología.

 

Conocer la nueva mirada de las ciencias biológicas, nos ayuda a comprendernos mejor como ser humanos integrales; y ese conocimiento tan importante, nos lleva a tener herramientas más adecuadas para nuestra Sanación. Sabiendo que el secreto está en animarse a dejar de ser quien creías que eras y convertirte en realmente “Quien Sos”.

La Epigenética, es una ciencia relativamente joven, que estudia la interacción de los genes y el ambiente, llevando al descubrimiento de que “los genes no controlan tú vida”, pero sí lo hace tu mente y comportamientos.

Durante años, científicos estudiaron el comportamiento de las células madres, tenemos más de 50 billones de células actuando para nuestro bienestar, somos un organismo vivo en constante evolución. Naturalmente, a diario, perdemos millones de estas células por procesos naturales y necesarios de evolución, suele ser muy visible en nuestra piel, en el revestimiento del tracto digestivo que se reemplazan cada 3 días. Cuando estas células mueren, las reemplazan las células madres, que son células embrionarias que pueden reemplazar cualquier célula de tú cuerpo.

Las células madres, son multipotenciales, pueden formar desde tejidos blandos, músculos, órganos hasta huesos, si bien, estas células son genéticamente idénticas, lo que cambia para que produzcan un músculo, piel o grasa, es la “Química” con la cuál se estimula ese cultivo celular.

En conclusión, no es la genética la que determina lo que se desarrolla dentro tuyo, sino, que son las células dando respuesta a la estimulación de tú entorno y esto controla el desarrollo genético.

El medio de cultivo original, donde se desarrollan los ambientes propicios para que las células se reproduzcan, es la “Sangre”; las células, ajustan su genética a la composición de la sangre. Esta composición de la sangre, está controlada por la química que se genera en nuestro “Cerebro”. Los químicos que segrega nuestro cerebro, y que se distribuyen por nuestra sangre, generando el cultivo de nuestras células, se desarrolla por la “Imagen” que desarrolla nuestra mente, ¿Cómo te encuentras la mayor parte de tú tiempo? Estás feliz, enamorado, con miedo, prisa, enojado, tensionado. Todos esos estados emotivos, segregan químicos específicos, por eso cada emoción se siente diferente, y esos químicos recorren tú cuerpo diariamente, produciendo alteraciones en nuestra genética. Por ejemplo, una persona enamorada, segrega una hormona específica llamada “hormona del crecimiento”, la cuál facilita el crecimiento y desarrollo humano en todos sus aspectos y sentidos, y todos los químicos que circulan en tu cuerpo, serán complementarios a ese amor; diferentes estudios han demostrado que los bebes que no se les brinda amor desde que nacen, suelen desarrollar síndrome de enanismo, debido al debilitamiento de esta hormona.  Si tienes miedo, el cerebro no podrá desarrollar los químicos del amor, desarrollará químicos que lleven a la “supervivencia”, para poder dar una respuesta acorde a lucha, huida o paralización, generando sustancias químicas que inhiben el desarrollo celular, dando un estado interno de “Estrés”.

Por lo tanto, sé consciente de que no elegimos los genes con los que venimos al mundo, pero sí generamos sus manifestaciones de acorde a cómo experimentamos el mundo en que vivimos. No sos victima de tú herencia, tu cáncer no se desarrolló porque vienes de una familia donde es común este diagnóstico, se desarrollo porque inconsciente o conscientemente elegiste ser leal a ese sistema familiar. No eres víctima de tú genética ni de las condiciones de vida donde te expones, “eres el protagonista”, puedes tomar acción y decisión de qué hacer con tú salud.

El principal enemigo que tenemos es el “Estrés”, compraste la idea que te vende el mundo, estás continuamente corriendo para alcanzar el éxito, la felicidad, la estabilidad económica, etc.; y al no alcanzarlo en la perfección que consideras que debería ser, invaden tu ser sentimientos de angustia, frustración, enojos, entre otros. Te conviertes en “Victima” de tus creencias, y comienzas a buscar culpables por ello, reactivando continuamente “traumas de tú infancia” en donde concebiste la idea de cómo es el mundo y cómo debes ser tú para ese mundo, llevándote a que inconscientemente, respondas a patrones de conductas estandarizados que se activan inconscientemente ante situaciones presentes que se evalúan como “conocidas”, reactivando ese sistema de creencias limitantes que te coloca continuamente en el mismo lugar frente a ti y el mundo.

Mientras más funciones en modo inconsciente, más repetición de células acorde a ese estado anímico vas a desarrollar, más resultado de lo mismo vas a tener.

Por lo tanto, si estas atravesando este diagnóstico de “Cáncer”, y aún estás con vida, es porque Dios, el Universo o como desees llamarlo, te está dando la posibilidad de que cambies Tú vida. Debes “Elegir” cómo hacer el proceso, para obtener esa “Sanación” que deseas, la cual, debe y es obligatorio que vaya más allá de tú diagnóstico. Debes sanar tu vida y lo que te llevó a ese estado de salud tan límite, que busca tu verdadero despertar.

Pero sé que esta no es una decisión fácil, semanalmente brindo llamadas de claridad a personas que transitan diagnósticos similares a los tuyos, donde reconocen lo que los “llevó a enfermar”, pero aún no están preparados para verdaderamente sanar, porque eso implica, “ser los únicos responsables” de sus vidas, acciones y consecuencias de sus decisiones que por acción y/u omisión realizan, es un esfuerzo constante de mucha practica y determinación que los va a llevar a un lugar desconocido, aunque inconscientemente conocido, de ser la versión más autentica de sí mismos, conllevando pérdidas que aún no están emocionalmente maduros de afrontar. Porque si de algo se muestra en las personas, es que cuando descubres todo el potencial infinito que vive dentro de ti, ya no puedes volver a ser quien eras, y debes continuar trabajando toda tu vida en tú evolución, para tu más alto bien y el de todos los que te rodean.

Estamos llamados a acompañarnos y a ayudarnos, ayudarnos a cumplir cada uno el fin de nuestras vidas, si sientes que tu vida está paralizada a raíz de este diagnóstico, pedile a Dios el milagro de recobrar vida para actuar y ser vos, decidir vos y crecer en este camino de tú vida y más si aún a raíz de esta parálisis, paralizas la vida de otros, para no absorbe su vida, y trabajando en tu propia ayuda, ayudas a que el otro sea lo que tenga que ser y ser en plenitud, como tu nuevo ser que quiere emerger en ti. Este es un llamado de atención amoroso que Dios, la vida, te brinda, para mostrarte que estas equivocado y tienes la posibilidad de generar herramientas con los nuevos conocimientos que pone en tus manos. Sólo, debes animarte a romper esa “zona de confort”, eso prejuicios que te condenan y juzgan. Te invita a que te ames más que nunca, a que seas incondicional contigo mismo/a, y que comiences a generar esa hormona de crecimiento, que inhibiste sin querer en ti por “sobrevivir”, llevándote a ver y descubrir esa esencia con la cuál te creo “a su imagen y semejanza”.

Por eso, tu cuerpo cuenta con un grandioso potencial para sanar heridas del cuerpo y del alma. Es posible una remisión espontánea, que es la mejoría o curación de una enfermedad que debería tener otro curso sin mediar intervención médica. Ya que la mente y el cuerpo están intrínsecamente ligados y su interacción ejerce a cada segundo una profunda influencia sobre la salud y la enfermedad, la vida y la muerte.

Las emociones reprimidas vulneran nuestro sistema inmunitario, igual que el estrés y las creencias limitantes que se instalan en nuestro cerebro en forma de redes neuronales, determinando respuestas adictivas a nuestra forma de percibir y reaccionar en la vida, alterando el desarrollo de nuestras células, manteniendo el crecimiento, sin detectar, de las células anómalas que desarrollan los tumores. Por lo tanto, debes acerté consciente de que tus emociones y creencias alteran y controlan tu comportamiento y genética, es decir, el desarrollo de tú vida.

Debes trabajar firmemente en adquirir la plasticidad biológica para enfrentar esta situación adversa, apuntando a un cambio profundo de “Sanación integral”, debes cambiar la percepción de tú pasado, ser consciente de donde te posicionas en tú presente y desde allí manifestar, con acciones concretas, lo que deseas de tú futuro, (el azar o destino se construye a raíz de las decisiones conscientes o inconscientes que tomamos a lo largo de nuestras vidas).

Para ello te sugiero, realizar un acompañamiento centrado en atender tus necesidades emocionales, cognitivas, físicas, nutricionales, vinculares, inconscientes, espirituales y energéticas, esto puede no sólo mejorar tu vida, sino, también modificar el curso de tú enfermedad. Aprendiendo a tratarte con más compasión, desencadenando reacciones que afecten tu química interna optimizando tu funcionamiento.

Por último, quisiera concluir que, el éxito de la salud se sostiene en 3 patas, la primera es la “medicina tradicional” (fármacos, cirugías, lo que los estudios científicos dicen que es mejor para tu situación), la segunda es el “autocuidado” que te brindes en este proceso (atendiendo todos los aspectos mencionados anteriormente), y el tercero es la “fe”, en el ser supremo y en ti mismo/a.

 

 

 

 

 

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