Cáncer y duelo
Hace unos días un colega, me invita a dar una charla sobre “Duelo y final de vida”, un tema que me apasiona expresándolo siempre desde los cuidados y la amorosidad de la despedida.
Pero hoy al escribir este artículo, lo quiero hacer desde un espacio más amplio, partiendo del significado de las palabras, su fuerza de representación y qué pasa en las personas a la hora de recibir el diagnostico.
Comencemos por el origen. El término “duelo” en castellano posee dos etiologías que se adaptan muy bien a las concepciones psicológicas que atraviesan las personas en esta etapa; por un lado, «duelo» (enfrentamiento entre dos personas) tiene la misma raíz que bellum ‘guerra’; y en su forma más arcaica «duelo» (luto) proviene de la misma raíz que el español «dolo», el latín dolus.
Si lo concebimos como guerra, un enfrentamiento entre dos personas, podríamos reflexionarlo desde lo psicológico, sobre el enfrentamiento que se produce dentro de la persona con esos dos lados internos, el que necesita realizar el “luto” por la pérdida de la salud y aquel que necesita “volver a la normalidad”, al estado previo de esta noticia.
Por lo tanto, es necesario comprender que la persona que recibe un diagnóstico de una enfermedad crónica, terminal o que los enfrenta a la consciencia de final de vida (sin que sea un diagnóstico terminal), se para frente a una nueva posibilidad: “La certeza de que soy finito”, de que cada día que pasa fue una nueva oportunidad más de vivir, y un día menos para recuperar.
Es inevitable e incluso no saludable, el no permitirse sentir la pérdida que implica un proceso oncológico, ya que las personas comienzan a sentir que es una constante pérdida y lucha de recuperación de tiempos, espacios, libertades, tanto externas por consultas médicas, tratamientos, etc., como internas, funciones físicas, cansancio, pérdida de órganos en cirugía, entre otros.
Entonces aclarando esto, las personas tienen dos caminos por resolver:
-Negar el duelo, comenzando una lucha interna de emociones y pensamientos, llevándolos a tener que enfrentarse diariamente a Sentimientos como ira, ansiedad, reproche, confusión, negación, depresión, miedo, culpa, irritabilidad, soledad, insensibilidad, alivio, tristeza, conmoción o anhelo. Pensamientos de confusión, dificultad para concentrarse, incredulidad, alucinaciones o preocupación por lo que se perdió. Sensaciones físicas como mareos, taquicardia, fatiga, dolores de cabeza, hiperventilación, náuseas o malestar estomacal, falta de aliento, opresión o pesadez en la garganta o el pecho, o pérdida o aumento de peso y Conductas del tipo episodios de llanto, actividad excesiva, irritabilidad o agresión, pérdida de energía, pérdida de interés en actividades agradables, inquietud o problemas para dormir.
-Trabajar en Aceptar y Permitirse estar en duelo, para poder integrar todas esas emociones y estados físicos, poder escuchar lo que ellos necesitan de ti y ser tú, quien decida que acciones llevar adelante ante este proceso personal que te toca enfrentar.
No digo que sea un camino fácil y rápido, pero si después de la confusión, comprendes que aún sostienes la Libertad de decidir cómo afrontar este proceso, que no puedes cambiar la situación, pero sí puedes elegir cómo llevarlo adelante, generarás más claridad de lo que realmente quieres construir desde esta nueva posibilidad que te brinda la vida. Aún cuando estes atravesando esta situación que no te gusta, no estas conforme, puedes elegir donde enfocar tu atención y que realidad deseas experimentar ante ella.
Enfoca tu atención, deja que los médicos se ocupen de lo que saben y deben ocuparse, mientras tú te ocupas y centras en elegir como transitar, generar posibilidades y nuevas soluciones a esta vida que se te presenta.
Nadie es culpable o responsable de la situación que está viviendo, pero sí eres responsable de poder ELEGIR frente a lo que te pasa, donde enfocar tu atención, porque si no lo haces, tu mente, tu cuerpo y espíritu, va ir enfermando poquito a poco, porque no toleramos el dolor permanente sobre nuestras vidas, por lo tanto es indispensable que ante lo que te pasa puedas encontrar salidas, caminos que te permitan diluir el sufrimiento (que es producto de la mente), y elegir no morir en vida en una Lucha interna.
Tienes las herramientas para poder elegir, úsala! Enfoca tu atención y pon tu energía a trabajar cómo experimentar este proceso. Suelta el resultado, de eso no puedes tener certeza, pero sí de como lo vivenciaras.
María.